Esta semana llego un día tarde. He tenido un fin de semana liado. Pero el caso es que no tenía claro qué quería subir este fin de semana y al final he llegado a una conclusión, que al menos yo, considero lógica.
Quise traer también poesía, y al final lo dejé de lado así que ha llegado el momento de traer otro poema. A ver si no vuelvo a olvidarlo.
Voy a volver a tirar de lo que escribí en el instituto porque ahora mismo no tengo tiempo de sacar algo para ahora mismo.
Mientras buscaba en mi hemeroteca personal he visto un poema que habla de la naturaleza y me ha parecido curioso porque en el mundo de fantasía que he creado, y sobre todo en una de las razas que he dado forma, dar una importancia enorme a la naturaleza a la diosa Velo, que llaman. Me ha llamado la atención que ya en el instituto le daba importancia a estos temas y me gusta hablarlo. Al fin y al cabo, hemos “domesticado” la tierra con nuestras ciudades, pero cuando salimos del asfalto, es la naturaleza la que reclama esas zonas.
Vamos con el poema y vemos después un poco más de reflexión.
El rayo que sí cesa
Oh, la natura benigna
Aunque a veces destructiva.
Ora embobas, Ora asustas
Pues con tu fuerza deslumbras.
Tú das vida y das tumba
Y al final todo derrumbas.
Abusando de tu ira,
Tú nunca serás vencida.
Como el rayo que sí cesa.
Durante solo un instante
Dentro de una tormenta
Llenas el cielo de hazes
Rápidos como cometas
Que son como aves rapaces.
Lo primero y más obvio creo que es la referencia al rayo que no cesa de Miguel hernandez. Al final tomé el título como un homenaje y lo llevé hacia mi propia reflexión sobre la naturaleza. Como puede ser al mismo tiempo la madre que nos da vida y nos protege y al mismo tiempo la implacable destrucción. Hago hincapié en la tormenta y los rayos por el propio título, y al ser poemas cortos no da para alargar mucho más la propia reflexión así que me centré en esa parte pero me gusta pensar en la naturaleza como algo superior.
En el relato sobre la venganza de la naturaleza tomé como referencia los micelio u hongos, y es que se ha documentado el micelio de un hongo en Oregón que abarca la extensión de novecientas sesenta y cinco hectáreas y conecta todos los árboles y plantas de un bosque entero.
En ese relato lo tomé como ejemplo de un apocalipsis al introducir una planta modificada genéticamente (la soja) que se comía este micelio y había dejado la tierra infértil.
Obviamente, esto no tiene ninguna base científica, pero lo usé para esa historia.
Como conclusión, decir que la naturaleza es frágil y debemos cuidar de ella porque, aunque a veces ocurran catástrofes, estamos adaptados a vivir aquí y en cierto modo nos protege.
Espero que os haya gustado el poema y la reflexión.
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