domingo, 25 de septiembre de 2022

Reflexiones: Humor absurdo

Ya he subido al blog dos de los tres relatos de humor absurdo que he escrito para el club a día de hoy. Por eso mismo creo que es un buen momento para hablar del tema y a eso vamos.

Adoro el humor absurdo desde que en el instituto el profesor de filosofía y psicología nos hizo leer "la cantante calva" de Eugen ionesco. Es una obra de teatro desternillante con unas escenas que aúnan lo extravagante y lo incompresible para crear una atmósfera en la que cada diálogo puede sorprender al lector/espectador y dejarlo con la boca abierta.

Por desgracia, para este género no puedo poner muchos referentes, como hice con la fantasía. A parte de la obra que ya he mencionado, podría hablar de los Monty Python con sus películas insignia, "la vida de Brian", 'Los caballeros de la mesa cuadrada" y, aunque menos conocida, "el sentido de la vida".

Las tres películas son un referente del absurdo con escenas icónicas como la adoración de los reyes magos, con la que empieza la vida de Brian o la pelea con el caballero negro de en los caballeros de la mesa cuadrada. El sentido de la vida tiene un humor más ácido, pero sin perder su esencia. Me encanta su número musical con la canción "Every sperm is sacred".

También hicieron la serie televisiva, "flying Circus", pero apenas he visto un par de capítulos así que no puedo decir mucho más.

Otro personaje que aportó frescura al género fue Rowan Atkinson con su célebre e inmortal "Mr Bean". Mi yo más joven se partía de la risa con las ocurrencias de este personaje tan querido por tanta gente. Es un personaje exagerado pero sus aventuras están enmarcadas en un día a día lo que consigue que el espectador empatice con él.

Por último, mencionar las películas de Jacques Tati, cineasta francés nacido en 1907 y que vivió la revolución del cine mudo al hablado y se nota mucho, por ejemplo, en "mi tío". En esta película apenas hay diálogos y los que hay son cortos y concisos. Además, la música en sus películas es casi tan protagonista como los propios personajes. No se cataloga como humor absurdo como tal, pero se le acerca lo suficiente como para darle un pequeño hueco en la lista.

¿Y por qué cuento todo esto? Pues para explicar, o intentarlo, el motivo por el que me gusta tanto este género.

Cuando leo, o veo una película, me encanta esa sensación de incertidumbre al no saber con qué ocurrencia me va a sorprender, qué giro va a proponer. Y es que este género tiene una libertad inmensa, tan grande que es inalcanzable. En cada historia es necesario poner unas normas no escritas con unos límites, como es lógico, pero estos son muy laxos. Por ese motivo, cuando escribo, puedo poner familias tan llamativas como la del último relato que he subido en la que el abuelo es una tortuga y los nietos son una papaya y un taladro. En ningún otro género podría unir a esos personajes, pero aquí sí. Y me gusta cómo queda.

Cuando escribo humor absurdo dejor que la historia fluya, y me gusta imaginar la cara de sorpresa del lector con la nueva locura que acabo de escribir. Me gusta que sea impredecible, porque creo que le da una frescura muy especial.

Y al igual que la fantasía, cuando escribo, me permite soñar. La fantasía con mundos diferentes y maravillosos, el humor absurdo me deja ver, y soñar con las costuras de nuestra sociedad y nuestra vida. Alterar el orden natural de las cosas y ver la vida desde un punto de vista diferente y complejo. Porque por muy absurdo que sea, sigue siendo humor y busca reírse de la vida.

Pero como he dicho al final de los dos relatos que he subido con estas características. El humor en general suele ser muy personal y el absurdo, no solo es más personal si cabe, sino que a demás, no gusta a todo el mundo.

Creo que por eso tengo menos referentes y hace que me sienta más inseguro al escribir. Voy a seguir trayendo más relatos absurdos a pesar de que siempre tendré dudas de la calidad de los mismos. Pero los adoro demasiado.

¿Qué opináis vosotros del género? ¿Tenéis algún consejo? Precisamente, ayer sábado, me recomendó mi primo Javier que lea "tres sombreros de copa" de Miguel Mihura. Cuando lo lea haré un inciso contando mi experiencia.

Espero que lo hayáis disfrutado y muchas gracias por acompañarme un domingo más.

domingo, 18 de septiembre de 2022

Reto amor prohibido 02/2022

El reto del club cyrano de febrero del 2022 era este:

https://clubdeescrituracyrano.com/amor-prohibido/

En este reto las condiciónen son que tiene que ser amor real, no una atracción o algo meramente físico. Y una vez existe ese amor que sea prohibido, que tenga consecuencias para los implicados.

Yo no soy lector del género de romántica y a pesar de que agradezco y aprecio una relación bien construida, yo no me siento preparado para hacerlo. No tengo las bases para algo así.

Sin embargo una compañera del club escribe este género y por lo que tengo entendido es muy buena. Los relatos que son suyos me han gustado mucho, se llama Caridad Bernal.

Pero vamos al grano, que me pierdo. Explicaba esto porque por segunda vez en mi historia en el club volví al género del humor absurdo. Esta vez el formato no es de eventos que se superponen hasta llegar al delirio como el reto anterior. En este reto he hecho que los personajes sean imposibles, creando una atmósfera de desconcierto y confusión desde el principio. O eso pretendo. Os dejo con el texto y lo comentamos después.



El amor es agridulce


—Ay, José Rodolfo, nuestro amor es imposible, debes darte por vencido.

—No me digas eso, María Esmeralda Francisca, sabes que te amo más allá de lo que se puede comprender por el alma humana.

—Pero José Rodolfo, sabes que estoy casada con…


No pude más y apagué la televisión, las telenovelas cada vez son peores. Miré a mis nietos que estaban jugando con sus cacharros modernos y pensé enseñarles algo que solo un cascarrabias, como yo, puede contarles.


—Niños, venid aquí, pequeño Taladro, pequeña Papaya, el abuelo os quiere contar una cosa.

—Sí, abuelo Tortuga —dijeron a la vez y vinieron corriendo.

—Cada vez es peor lo que ponen en televisión así que os voy a contar una historia de amor trágico que me contaron cuando era joven, como vosotros.

Al pequeño Taladro le gustaban mucho mis historias y empezó a girar la broca de alegría.

—Os voy a contar la historia de Vinagre de arroz y la Miel silvestre.

—Abuelo Tortuga, ¿Tiene un final bonito? —A la pequeña Papaya le encantaban los finales felices y dulces, como ella.

—No, es un final muy feo y muy triste, pero no te voy a contar el final, tienes que escuchar la historia entera.

La pequeña Papaya miró al suelo, pero no dijo nada más, mientras que el pequeño Taladro estaba expectante.


La historia comienza cuando una botella de Vinagre de arroz muy estirado viajó a otra ciudad por trabajo. El vinagre de arroz vendía neumáticos usados al por mayor así que alquilaba un trailer muy grande para transportarlo. Cuando llegó a la ciudad, fue directamente al mercado para dejar la mercancía, pero al llegar se dio cuenta que tenía dos encargos.

Eso era inusual, normalmente solo llevaba un envío grande, pero esta vez tenía un paquete de cuatro neumáticos para una pequeña empresa de paquetería.

—Abuelo, ¿Yo puedo equiparme un neumático? —El pequeño Taladro no terminaba de entender cuál era su función en la vida.

—No, hijo, solo los vehículos motorizados de manera interna o externa pueden llevarlo. —Me di cuenta que no había entendido nada—. No puedes, pequeño. Pero puedes ponerte un montón de brocas muy chulas. 

A ver, por dónde iba… ¡A, sí! Cuando el Vinagre de arroz estaba descargando se le acercó un precioso tarro de Miel silvestre muy humilde, de barro, pero llevaba una tela de color rosa cubriéndole la tapa con delicadeza y un cordel de color naranja le mantenía la tela ajustada.

—Buenas tardes señor, vengo a por los cuatros neumáticos, el pedido está a nombre de la empresa Almanzor.

—¿La empresa Almanzor? no la conozco. —La pequeña Papaya me miró confusa.

—Es una empresa con el logo de una sonrisa. Es normal que no la conozcas aún.

En cualquier caso, fue en ese mismo momento cuando Vinagre de arroz quedó prendado de la bella Miel silvestre, pero era tan profesional y estirado que no le dijo nada. También era un poco amargo y ácido, pero esa era otra cuestión.

—Sí, espera que te traiga el pedido. —Fue al trailer y sacó el paquete— Aquí lo tienes.

La Miel silvestre, tan humilde y sencilla, se dio cuenta de lo fuerte que era Vinagre de Arroz al llevar los cuatro enormes neumáticos sin esfuerzo. También se fijó en la fina filigrana que tenía en el cuello de la botella con un elaborado exquisito.

—Sé que es mucho pedir, pero ¿me podría ayudar a llevar el paquete? en mi bicicleta de carbón no entra.

—Deberías conseguir una bicicleta solar, es más ecológica y ahorrarás a largo plazo en carbón. —Le dijo Vinagre de arroz con un ligero reproche—. Pero sí, te ayudo porque no tengo ningún otro pedido hasta dentro de unas horas.

Por el camino al almacén estuvieron hablando y la bella Miel silvestre le agradeció su ayuda con mucha dulzura. Los dos caminaban por una calle muy poco transitada de un polígono industrial cuando la bella Miel silvestre tropezó con una galamperna que no había visto y se apoyó en Vinagre de arroz para no caer.

—¡Uy, que torpe soy! Discúlpame. —Se enderezó y miró todo el contorno de la botella sin perder detalle—. Oye, qué fuerte y caballeroso eres.

—Gracias, no es nada. —El Vinagre de arroz respondió, en su línea, amargo, pero reculó—. Tú eres muy dulce.

Vinagre de arroz se ruborizó, se le puso el tapón rojo como un tomate. La bella Miel silvestre le miró con alegría en los ojos.

—Puedo ser muy dulce, muy amable, pero a veces me dicen que soy un poco empalagosa. —En ese momento se sonrojó la bella Miel silvestre y el cordel pasó del naranja a un rojo claro.

Por un rato continuaron hablando de sus respectivos trabajos y de la vida, y parecía que se iban a llevar muy bien. Incluso cuando llegaron al almacén y dejaron el paquete se quedaron hablando un rato.

—Mi trabajo me obliga a viajar mucho, repartiendo neumáticos de aquí para allá. —Explicaba Vinagre de arroz mientras se encendía un cigarrillo—. Eso hace que me sea muy difícil tener amigos.

—Yo tengo muchos amigos. —La bella Miel sacó pecho— Voy repartiendo paquetes por la ciudad y la gente dice que soy muy dulce. No es el trabajo con el que soñé de niña, eso es cierto. Cuando aún era un montón de Miel en un precioso panal de abejas soñaba con ver mundo y viajar. Ahora viajo, pero dentro de la ciudad.

—Si quieres viajar, ven conmigo, viajemos juntos. —La decisión de Vinagre de arroz sorprendió a la Bella Miel silvestre—. Mi camión no es muy lujoso, pero podemos vivir en la carretera y viajar muy lejos.

—No sé qué decir, me encantaría poder viajar a tu lado, eres tan guapo, tan fuerte y…

En ese momento Vinagre de arroz se lanzó y le dio un beso apasionado a la bella Miel silvestre. Fue un momento lleno de pasión, pero la magia se rompió en un instante.

—Puaj, qué asco —Mis dos nietos me miraron con cara de susto.

—Ya veremos cuando seáis mayores ja, ja, ja.

Entonces los dos se separaron con cara de horror y tristeza. Por un momento no dijeron nada hasta que por fin la bella Miel habló.

—Eso es muy raro, me gustas mucho, pero cuando me has besado no me ha gustado nada, eres tan amargo y tan ácido que… no me ha gustado.

—Yo he sentido lo mismo, tu dulzura empalagosa me ha causado un rechazo inmenso. —A Vinagre de arroz se le escapó una lágrima— Parece que somos incompatibles. He de irme, tengo que seguir con las entregas de neumáticos.

—Ha sido un placer, que todo te vaya bien.

Y así, el amargo Vinagre de arroz y la bella y dulce Miel silvestre se dieron cuenta de que eran incompatibles y nunca podrían estar juntos. Algún dios caprichoso había prohibido su amor.


—Abuelo Tortuga, no me ha gustado nada tu historia —La pequeña Papaya lloraba semillas, ella hubiera preferido un final feliz.

—Abuelo Tortuga, hay una cosa que no comprendo, ¿por qué son incompatibles Vinagre de arroz y Miel? ¿Qué dios les prohibió su amor? —Taladro siempre quería saberlo todo.

—Pues hijo, porque el sabor amargo y el sabor dulce no pegan, el sabor sería horrible. Y no sé qué dios podría querer un sabor tan malo. Qué mal gusto.

Taladro puso cara de disgusto y me miró muy serio.

—Pero abuelo, precisamente la salsa agridulce se usa mucho en la cocina asiática en platos tan conocidos como el cerdo agridulce. —Entonces hizo girar la broca de manera intermitente con enfado.

—¿Comida asiática?¿Cerdo agridulce?¿Eso qué es?

—Hombre abuelo tortuga, los que viven en Asia, chinos, coreanos, japoneses…

—Ya claro, esas cosas no existen. Ya de paso que lo coman también las hadas del bosque que son muy amigas de los unicornios y los elfos. Qué cosas os enseñan a la juventud… Asiáticos…




Lo más reseñable es que me gustó la idea de que el reto fuera un relato dentro del propio texto, hay un narrador, en este caso el abuelo tortuga que se lo cuenta a sus nietos.

Este hace que haya más personajes, lo que no siempre es bueno, pero al ser tan diferentes y estar tan delimitado el relato del abuelo del reto, no pienso que cree confusión.

Sin embargo si espero crear confusión con los personajes que son indistintamente animales, como en las fábulas, frutas o herramientas.

Yo diría que el chiste que para mí fue más delirante y con el que más me reí fue con la conversación de la bicicleta de carbón y la solar.

Al igual que en el primer relato de humor absurdo que subí al blog me gustaría volver a pedir el mismo favor. El humor en general es muy personal y el humor absurdo más, si cabe. Por eso siempre me quedo con la duda de si estaré escribiendo un humor absurdo decente. Por eso agradecería mucho que me ayudarais diciéndome en los comentarios los chistes que más y que menos os han gustado para que pueda seguir mejorando y creciendo en este género que tanto me gusta pero que no conozco tanto como otros.

Espero que hayáis disfrutado del relato.


domingo, 11 de septiembre de 2022

Reto objetivo perverso 09 2021


El reto del club cyrano de septiembre del 2021 era este:
https://clubdeescrituracyrano.com/objetivo-perverso/
En este reto lo que pedían era que el protagonista tiene que llevar a cabo alguna acción que no quiera realizar pero que esté obligado a llevarla a cabo y que no le resulte agradable.
Para este reto quise acercarme a la novela negra con sus clichés y su parte más oscura. No he leído mucha novela negra pero dentro de mi exiguo repertorio destaco las novelas de halcón, la torre tesla y la campana nazi de los escritores Rubén Azorín Antón y Juan Vicente Azorín Antón. Estas novelas están ambientadas en un futuro cercano y tienen puntos de esoterismo muy chulo.
Yo preferí para el reto llevarlo al Pan Bendito de los años ochenta, más crudo y desalmado. Comentar que pedí ayuda de un amigo para buscar mapas históricos de la zona y poder ver cómo era en su momento. Usé esta web: https://www.ign.es/web/mapasantiguos/index.html


Aviso, es un relato oscuro y crudo, muestra lo peor de los bajos fondos de un barrio de por sí oscuro. Os dejo con el relato para que lo disfrutéis.

No hay justicia


Desde pequeño, me crié con las historias de detectives yankis con su gorro y gabardina. Por eso me hice policía; pero con el tiempo me di cuenta que las cosas son muy diferentes. Sobre todo en un barrio como Pan Bendito, en Madrid.

Pisé la chusta del ducados, acababa de empezar mi ronda nocturna y tenía que empezar por la plaza vulcano. Allí estaba Jhonny trapicheando. En ese momento pasó un fiat panda a toda pastilla.

—Ey, chaval, hoy es jueves, ¿Qué cojones haces aquí?

—Que te den, Serpico, hago lo que me da la gana, ¿te enteras? —Me hizo un corte de mangas.

—Tenemos un trato y lo sabes —Le dije con tranquilidad— Los miércoles, jueves, viernes y sábado son de Pedrito así que saca tu asqueroso culo de la calle antes de que organicéis otra pelea a navajazo limpio.

—Pedrito no está aquí así que voy a pasar mi mierda, joder.

—Sabes perfectamente que Pedrito está esperando a que te vayas… Piensa una cosa Jhonny, sería una pena que tu abuela tropezara y se rompiera, no sé, ¿una cadera? Una terrible tragedia, sin duda.

—Ni se te ocurra. Serpico, me las vas a pagar, ya lo verás. Esto no va a quedar así.

De detrás de un edificio salió Pedrito con su mariconera llena, listo para trapichear. Cuando pasaba a mi lado puse la mano.

—Pedrito, mi parte.

—Pero jefe, si aún no he empezado a pasar, no tengo pasta.

—Me da igual, ¿cuánto llevas encima?

—Solo llevo mil duros, y sabes que necesito cambio para los compradores. Te lo doy mañana.

—Dame mil calas y mañana ajustamos cuentas.

—Joder, toma. No sé si tu protección vale tanto colega. Me estás empezando a joder.

—Si quieres llamo a Jhonny y habláis de quién pasa hoy.

—No, no. Vete ya, coño, que me espantas a los clientes.

Seguí con mi rutina y llegué a la calle Besolla. Fue entonces cuando todo se complicó. La radio crepitó con su sonido metálico.

—Julián, ha habido un asesinato en tu zona —Me hice el loco, no quería saber nada— Julián, sé que me estás escuchando, mueve el culo e investiga ahora mismo ese asesinato o doy parte al jefe del departamento.

—Ahora voy, ¿Cuál es la dirección? —No quería ir por nada del mundo, y menos corriendo, pero si no iba podían despedirme.

—Ha sido en la calle Carcastillo, muy cerca del Camino viejo de Leganés. Rapidito, ¿eh?

Me encaminé a la dirección, pero de camino estaba el bar de Toño así que hice una parada para repostar y de paso cambiarle el agua al canario. Era un bar pequeño y sucio, pero el barman me conocía y hablaba poco.

—Buenas noches, Julián —Me recibió lavando un vaso de tubo— ¿lo de siempre?

—Sí, Toño, lo de siempre. Voy al baño un momento —Cuando salí del baño tenía ya servido un dyc con cyrano cola y dos hielos—. Esta noche va a ser larga, Toño.

—Y que lo digas, eres el primer cliente de la noche. Como no venga nadie en una hora tendré que cerrar. —Estaba puesta la radio y empezó a sonar pongamos que hablo de Madrid, de la Mandrágora.

Me lo bebí sin prisa, pero sabiendo que tampoco podía estar toda la noche allí sentado así que me despedí de Toño y salí a la calle. En la esquina de la calle Besolla con Carcastillo salió a saludarme Dolores, la madame de un prostíbulo de mala muerte. Incluso desde la calle se escuchaba el lamento de los viejos colchones y los somieres oxidados.

—Buenas noches, agente Julián. Arriba tengo a un par de chicas libres. Sube y disfruta un rato, tu trabajo es muy estresante. —Me guiño un ojo, yo suspiré.

—Esta noche no tengo tiempo, Dolores. Sabes que nada me gustaría más que pasar un rato con alguna de tus preciosidades, pero tendrán que esperar. —Me señalé con los pulgares. Su cara se agrió por un instante.

—Aquí tienes tu comisión, cariño. —Metió algunos billetes en el bolsillo de mi camisa— Seguimos contando con tu protección, ¿verdad? Eres nuestro caballero de brillante armadura.

—Sí, nadie os va a molestar. Pero la armadura me la he dejado en casa, está un poco oxidada. —Ella se rio de manera forzada, tapándose la boca. Era una arpía de mucho cuidado, tenía a las chicas hechas una pena, pero había que reconocer que su comisión era buena.

Trabajar en las calles me había enseñado que había zonas que era mejor no pisar y delitos que era mejor no combatir, sobre todo si podía sacar tajada. Demasiados compañeros muertos eran la prueba de ello. Sin embargo, mi yo de joven estaría muy decepcionado con mi actitud y me habría puesto de vuelta y media, pero siempre es mejor ser corrupto que un fiambre.

Cuando llegué al lugar del crimen pude ver a un grupo de policías jóvenes custodiando un cadáver, parecían nerviosos.

—Agente Ramírez, llega otra vez tarde. Pensábamos que íbamos a tener que llamar a otro agente, otra vez. —Se cruzó de brazos.

—Hay muchos delitos cada día en las calles de este barrio y este no es más que otro delito, estaba haciendo mi trabajo. —Puse mi mejor cara de póker—. ¿Qué tenemos aquí? otro fiambre, ¿alguna pista?

—Es una mujer, joven. Le han apuñalado y le han robado el bolso.

Me arrodillé junto al cuerpo y al momento me di cuenta de que era Luz. La conocía perfectamente, una de mis preferidas.

—Es Luz, trabaja para Madame Dolores.

—¿Perdón? ¿Quiere decir usted que la conoce? —El joven me miró asombrado.

—Sí, la conozco, también trabaja por las noches. ¿Algún testigo sabe algo?

—Sí, señor, han visto escapar a un hombre de mediana edad en dirección a la avenida de Abrantes.

—Mierda, va al parque sur. Voy a por él. —Me puse en pie y empecé a caminar sin mirar atrás. Encendí un ducados.

—Señor, ¿Doy una orden de busca y captura?

—¿Qué? ah, sí, lo que quieras. Yo voy a coger a ese bastardo.


Estaba seguro que el tipo quería esconderse en la oscuridad del parque, pero no se lo iba a permitir. Había matado a una de las chicas de Dolores, si quería seguir teniendo mi parte iba a tener que hacer algo, me guste o no. Además, era de las más agradables para pasar un rato y eso me jodió aún más.

Atravesé un par de descampados y una tierra de cultivo que había sido arada recientemente. Cuando llegué al parque las sombras que proyectaban los árboles, iluminados por las escasas farolas daban más miedo que Stanley Kubrick en el resplandor.

Empecé a buscar a ese cabrón y me encontré con un yonki metiéndose, sentado en un banco, pero estaba limpio, no era él. También me encontré a una pareja pasándolo bien en el césped. Seguí buscando, tenía la intuición de que no podía estar lejos.

Evité las zonas más concurridas y la zona más cercana a la carretera, busqué en las zonas más oscuras y cuando empezaba a pensar que no iba a poder localizarlo, vi a un hombre de espaldas frotándose con energía contra un árbol. ¿De verdad sería tan idiota de intentar limpiarse así? Desenfundé mi pistola y le apunté.

—Tú, no te muevas, agente de policía. —Intenté poner la voz más amenazadora posible.

El hombre se dio la vuelta despacio y vi que llevaba un traje gris muy gastado y estaba cubierto de sangre. No tuve que hacer más preguntas.

—Has matado a una prostituta y le has robado el bolso, ¿Dónde tienes el bolso? —No dejé de apuntarle en ningún momento. El tipo levantó las manos y empezó a temblar de pies a cabeza.

—Lo… Yo… Lo he tirado, he cogido el dinero y me he desecho de él.

—Querías un servicio gratis y las cosas se pusieron feas, ¿ha sido eso, cabrón? —Empezó a caminar muy despacio hacia mí— Ni un solo paso más o disparo.

—Agente, seamos razonables, no era más que una puta, nadie la va a echar…

—Se llamaba Luz, idiota —le interrumpí— y tiene dos niños pequeños que la van a echar mucho de menos. ¿Te vas a hacer cargo de ellos?

—Que le jodan a los niños, esa zorra intentó drogarme. —El tipo seguía caminando.

—No lo voy a repetir, un paso más y te disparo. —Se debió pensar que no iba a hacerlo, pero el disparo le atravesó el zapato y cayó de culo sujetándose el pie—. ¿Ahora qué va a ser de sus niños, hijo de puta?

—Jódete Serpico, te voy a denunciar, se te va a caer el pelo. Has disparado contra un civil desarmado.

En este mundo no hay más justicia que la que nosotros construimos, o eso me dijeron en la academia. Pero nadie iba a poder arreglar lo que ese hombre acababa de hacer. Le disparé en la cabeza. Se desplomó y se formó un enorme charco de sangre a su alrededor.

Entonces hui sin saber a dónde, pero tenía que escapar.


Uno de los detalle que tengo que seguir puliendo es que uso muchos el, pero. Pero a mi favor he de decir que es un recurso muy sencillo.

No sé si será fiel al género de la novela negra pero quería darle un tiento. En cualquier caso, agradezco vuestra lectura y cualquier sugerencia, os escucho.

Espero que lo hayáis disfrutado.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Reto Historias de otro planeta 08/2021

El reto del club cyrano de Agosto del 2021 era este: https://clubdeescrituracyrano.com/historias-de-otro-planeta/


Bueno, ya estoy de vuelta de las vacaciones así que vuelvo con otro relato y con muchas ganas. Hoy voy a iniciar una sección que me hace espacial... digo, especial ilusión y es que este relato lo que pedía era que la historia tenía que transcurrir en un planeta diferente, nada más. Yo cree una ambientación futurista que me gustó tanto que he acabado reutilizando en otros retos de otros meses, con sus historias independientes, pero en el mismo "universo". Y me hace especial ilusión porque es el inicio de algo más grande.





Nueva Eva

Miro con nostalgia la tierra desde la cúpula de observación en la estación lunar. Llevo trabajando aquí veinte años, veinte años sin más compañía que la inteligencia artificial del complejo.

Este es el complejo “Nueva Eva” aunque en realidad es solo una granja de bebés. Dentro de un mes hará ciento veinte años desde que hubo el último parto natural oficialmente censado en la tierra.

Todo comenzó a finales del siglo veinte y principios del siglo veintiuno. Los primeros países en dar señales de alarma fueron China y sobre todo Japón. En el 2060, en Japón ya había un jubilado por cada trabajador activo y la economía colapsó. Sin trabajadores no había pensiones y la pobreza contribuyó a que menos gente tuviera hijos. Así, la población mundial cayó en picado. En el congreso mundial del 2125 se llegó al acuerdo de empezar a fabricar niños, ya que por ese entonces quedaba solo una tercera parte de la población mundial que se registró a finales del 2021 incluso después de la pandemia.

Los óvulos y los espermatozoides que son donados libremente por gente de la tierra, son fecundados en un líquido amniótico artificial dentro de una cápsula en la que se les alimenta y crecen. Pasados los nueve meses de incubación, se extrae el líquido y se les empieza a estimular físicamente con electrodos para que desarrollen una musculatura sana. Con unas pantallas se les enseña lo básico que tienen que saber y cuando cumplen los dos años se les envía a la tierra con una lanzadera autónoma. Por suerte o por desgracia todo esto lo realizan las máquinas: por suerte porque hay más de dos millones y medio cápsulas creciendo simultáneamente; por desgracia, yo solo tengo que supervisar que no haya incidentes y esto me deja mucho tiempo libre.

Solo son las nueve de la mañana y ya he supervisado que todo funciona correctamente en tres horas terrestres. He lanzado tres bebés nuevos a la Tierra y he revisado los parámetros de la educación de los que aún están creciendo. Los días se hacen muy largos.

Al principio intenté jugar a las cartas con HUE, la inteligencia artificial del complejo, pero solo acepta jugar en modo imposible o en modo ridículamente fácil y ninguna de las dos opciones es divertida. Hoy recibo un envío de Amazon con comida, productos de limpieza, de aseo personal y esas cosas. Pero también me traen latas de Cyrano cola, que ya casi no me quedan. Automáticamente me acuerdo del eslogan de los anuncios de la bebida. “Cyrano cola, la bebida para los escritores. Con extra de creatina. Extraída directamente de la orina de los mejores escritores”.

He montado un despacho con un escritorio en la cúpula de observación para los catorce días de luz. La luz me anima mucho y me da mucha energía, me siento renovado. Se me hacen muy largos los catorce días de oscuridad, iluminado solo con luz artificial.

Me siento en el escritorio y empiezo a teclear en la pantalla holográfica de mi portátil.

—HUE, ponme algo de Brian Eno, voy a escribir un rato. —HUE pone música para aeropuertos. Es curioso que a día de hoy ya no se utilizan aeropuertos. Las lanzaderas espaciales son más rápidas, más cómodas y más económicas.

—¿Así está bien Adán? Creo que te gusta.

—Sí, no es mi preferida pero me vale, muchas gracias HUE. —Abro una lata de Cyrano cola y continúo con la novela.

Ésta trata de un viaje que realizan desde la tierra para conquistar planetas de otra galaxia debido a una crisis ecológica. Tiene intrigas políticas y tendrán que superar los problemas que se encontrarán al llegar al nuevo planeta con su fauna y su flora.

—Hue, ¿Qué día es hoy?.

—Es dieciséis de agosto de 2268. Me lo preguntas cada día, ¿Seguro que estás bien?

—Sí, estoy perfectamente. —Y Aún así lo único que hemos llegado a conquistar es la luna, pienso para mis adentros—. Hue, ¿Cuándo crees que conquistaremos Marte? En el siglo veintiuno tuvieron un proyecto para colonizarlo, pero lo acabaron dejando de lado.

—El proyecto SpaceX se abandonó por falta de presupuesto y de personal. No sé cuándo se llevará a cabo tal hazaña, tal vez cuando la Tierra recupere población.

—Tienes razón Hue. Siempre la tienes.

Llevo escritas cincuenta y seis novelas ya. Al principio me costaba mucho concentrarme y escribir pero con ayuda de Cyra… Maldito anuncio. Con la práctica cada vez tardo menos en escribir. Lo curioso es que sé que no las lee nadie, en la tierra tienen cosas más importantes en las que pensar, pero no me importa.

Aún así escribo sin parar, porque me ayuda a desconectar y mientras estoy concentrado se me pasa más rápido el tiempo. Cuando me doy cuenta ya es la hora de comer.

Voy al comedor y escucho la radio. Hue dice que me viene bien escuchar hablar a otros humanos. No le presto ninguna atención.

La máquina dispensadora de comida escupe pasta nutritiva. Le he dibujado unos ojos y una boca al cajón superior de la máquina y he escrito su nombre.

—Ey Lilith, ¿Qué toca hoy para comer? A, sí, pasta nutritiva. Excelente. Oye Lilith, te veo estupenda hoy. ¿Puedo invitarte a una copa de vino? Tengo muchas ganas de una buena copa de vino, si tú me entiendes claro. Grrrr. —Y le tiro un beso.

Me siento a comer la pasta nutritiva y cuando llevo menos de la mitad salta la alarma con su desagradable sonido.

—Adán, hay una incidencia treinta y uno barra cuarenta y uno, en la sección cincuenta y nueve, bloque veintiséis, sector cincuenta y tres, piso cincuenta y ocho, cabina noventa y siete.

—Hue, prepara el transporte, rápido. —Monto en el vehículo de ocho ruedas que utilizo para desplazarme por el complejo. A pesar de lo rápido que va, tardo varios minutos en llegar y por el camino pito varias veces de aburrimiento. Pi, pi, pi. Se pilota solo y soy el único habitante de la base así que no necesito avisar a nadie.

La alerta en cuestión es que un bebé ha forzado las ligaduras y no está observando la pantalla educativa por lo que no se está formando. Sólo tengo que moverle un poco con ayuda de los siempre útiles guantes que aíslan la cabina del exterior y apretar un poco las sujeciones.

—Adán, lo has hecho muy bien, como siempre. Eres un empleado modélico. Puede que te vuelva a designar el empleado del mes.

—Hue, soy el único empleado, joder. Lo del empleado del mes no tiene ningún sentido. Te lo he dicho un millón de veces. Además, solo es un bebé, no puede resistirse. Esto podría hacerlo una robot y no pasaría nada.

—Adán, robot significa esclavo en Checo. Yo no soy un esclavo, soy una inteligencia artificial. Y te he dicho muchas veces que una máquina podría llegar a hacer daño al bebé al no disponer de sensibilidad motora, por lo que no puede gestionar con la misma precisión la fuerza con la que sujeta las cosas.

—Lo siento Hue, yo… —Estupendo, lo único que me separa de una máquina es que tengo tacto, pienso con tristeza.

—No pasa nada Adán.

Vuelvo al comedor y mi bol sigue esperándome pacientemente. Con la cuchara le dibujo unos ojos, una nariz y una boca.

—Ey, colega. Cuanto tiempo sin verte, ¿Cómo va eso? —Cuando me llevo la primera cucharada a la boca sabe mucho peor que antes. Ahora está frío. Puaj—. Estás pocho colega, voy a tener que calentarte un poco—. Lo caliento en el microondas y termino de comer.

Después de comer tengo mi hora de ejercicios. Tengo que mantenerme en forma para contrarrestar la gravedad reducida de la luna. Pero de la hora, Hue me permite bailar durante media hora. Dice que lo que bailo no es una muñeira pero que al menos hago mucho ejercicio. Maldito Hue y sus protocolos estéticos. ¿Qué sabrá él de muñeiras?

—Hue, ahora que he terminado la hora del gimnasio voy a tocar cuatro minutos treinta y tres segundos de John Cage. Hoy me voy a atrever a tocar el bombo, la gaita y la guitarra española. A la vez.

—Siempre interpretas la misma pieza, Adán, y siempre con la máxima eficacia. Podría decirse que eres el mayor artista de estas instalaciones.

—No te pases de listo Hue, Espera, ¿eso ha sido un chiste? no le veo la gracia. No me gustan tus chistes, Hue.

—A mí me ha parecido jocoso, Adán, pero te pido disculpas si te ha molestado.

Definitivamente llevo demasiado tiempo solo, aislado en la luna. Estoy empezando a pensar que Lilith, la máquina dispensadora de pasta nutritiva, está celosa por algo. Tendré que preguntarle a Hue qué opina. Y definitivamente necesito jugar a las cartas con alguien, lo necesito. Menos mal que cuento con el apoyo creativo de Cyra… maldito anuncio, no me lo saco de la cabeza.

Vuelvo a mirar la tierra desde la cúpula de observación y caigo de rodillas, despacio por la gravedad reducida, mientras siento unas lágrimas que caen por mis mejillas.






Bueno, este ha sido el relato. Los datos estadísticos que doy de Japón para el 2060 se supone que a día de hoy son correctos. Especulativos pero correctos así que en parte podría llegar a ser cierto, en Japón y China.

Por otro lado, he tenido una influencia muy grande de la serie "Final space" que está en Netflix y me gusta mucho. La IA HUE (Heuristic Unified Entity), en la serie está Beth, que es la nevera y más cosas, pero le he intentado dar un toque personal a ciertos aspectos. También tiene ciertos puntos que rozan con el humor absurdo como que se ponga a bailar muñeiras.


A ver, para los más atentos, ¿Alguien ha pillado la referencia de la alarma? ¿Y de la pieza musical que interpreta nuestro protagonista con tantos instrumentos a la vez?

Si alguien lo ha entendido que deje un comentario.

Espero que hayáis disfrutado del relato.

Una curiosidad, el relato está en presente y normalmente escribo en pasado así que para mí es algo que se me hace raro.

Espero que hayáis disfrutado del relato.

Relato Realidades alternativas: 1 El Teatro Real.

Otra semana más vuelvo a llegar tarde al relato. Esta vez puedo decir que lo de mil quinientas palabras se me ha ido un poco de las manos. U...