domingo, 4 de septiembre de 2022

Reto Historias de otro planeta 08/2021

El reto del club cyrano de Agosto del 2021 era este: https://clubdeescrituracyrano.com/historias-de-otro-planeta/


Bueno, ya estoy de vuelta de las vacaciones así que vuelvo con otro relato y con muchas ganas. Hoy voy a iniciar una sección que me hace espacial... digo, especial ilusión y es que este relato lo que pedía era que la historia tenía que transcurrir en un planeta diferente, nada más. Yo cree una ambientación futurista que me gustó tanto que he acabado reutilizando en otros retos de otros meses, con sus historias independientes, pero en el mismo "universo". Y me hace especial ilusión porque es el inicio de algo más grande.





Nueva Eva

Miro con nostalgia la tierra desde la cúpula de observación en la estación lunar. Llevo trabajando aquí veinte años, veinte años sin más compañía que la inteligencia artificial del complejo.

Este es el complejo “Nueva Eva” aunque en realidad es solo una granja de bebés. Dentro de un mes hará ciento veinte años desde que hubo el último parto natural oficialmente censado en la tierra.

Todo comenzó a finales del siglo veinte y principios del siglo veintiuno. Los primeros países en dar señales de alarma fueron China y sobre todo Japón. En el 2060, en Japón ya había un jubilado por cada trabajador activo y la economía colapsó. Sin trabajadores no había pensiones y la pobreza contribuyó a que menos gente tuviera hijos. Así, la población mundial cayó en picado. En el congreso mundial del 2125 se llegó al acuerdo de empezar a fabricar niños, ya que por ese entonces quedaba solo una tercera parte de la población mundial que se registró a finales del 2021 incluso después de la pandemia.

Los óvulos y los espermatozoides que son donados libremente por gente de la tierra, son fecundados en un líquido amniótico artificial dentro de una cápsula en la que se les alimenta y crecen. Pasados los nueve meses de incubación, se extrae el líquido y se les empieza a estimular físicamente con electrodos para que desarrollen una musculatura sana. Con unas pantallas se les enseña lo básico que tienen que saber y cuando cumplen los dos años se les envía a la tierra con una lanzadera autónoma. Por suerte o por desgracia todo esto lo realizan las máquinas: por suerte porque hay más de dos millones y medio cápsulas creciendo simultáneamente; por desgracia, yo solo tengo que supervisar que no haya incidentes y esto me deja mucho tiempo libre.

Solo son las nueve de la mañana y ya he supervisado que todo funciona correctamente en tres horas terrestres. He lanzado tres bebés nuevos a la Tierra y he revisado los parámetros de la educación de los que aún están creciendo. Los días se hacen muy largos.

Al principio intenté jugar a las cartas con HUE, la inteligencia artificial del complejo, pero solo acepta jugar en modo imposible o en modo ridículamente fácil y ninguna de las dos opciones es divertida. Hoy recibo un envío de Amazon con comida, productos de limpieza, de aseo personal y esas cosas. Pero también me traen latas de Cyrano cola, que ya casi no me quedan. Automáticamente me acuerdo del eslogan de los anuncios de la bebida. “Cyrano cola, la bebida para los escritores. Con extra de creatina. Extraída directamente de la orina de los mejores escritores”.

He montado un despacho con un escritorio en la cúpula de observación para los catorce días de luz. La luz me anima mucho y me da mucha energía, me siento renovado. Se me hacen muy largos los catorce días de oscuridad, iluminado solo con luz artificial.

Me siento en el escritorio y empiezo a teclear en la pantalla holográfica de mi portátil.

—HUE, ponme algo de Brian Eno, voy a escribir un rato. —HUE pone música para aeropuertos. Es curioso que a día de hoy ya no se utilizan aeropuertos. Las lanzaderas espaciales son más rápidas, más cómodas y más económicas.

—¿Así está bien Adán? Creo que te gusta.

—Sí, no es mi preferida pero me vale, muchas gracias HUE. —Abro una lata de Cyrano cola y continúo con la novela.

Ésta trata de un viaje que realizan desde la tierra para conquistar planetas de otra galaxia debido a una crisis ecológica. Tiene intrigas políticas y tendrán que superar los problemas que se encontrarán al llegar al nuevo planeta con su fauna y su flora.

—Hue, ¿Qué día es hoy?.

—Es dieciséis de agosto de 2268. Me lo preguntas cada día, ¿Seguro que estás bien?

—Sí, estoy perfectamente. —Y Aún así lo único que hemos llegado a conquistar es la luna, pienso para mis adentros—. Hue, ¿Cuándo crees que conquistaremos Marte? En el siglo veintiuno tuvieron un proyecto para colonizarlo, pero lo acabaron dejando de lado.

—El proyecto SpaceX se abandonó por falta de presupuesto y de personal. No sé cuándo se llevará a cabo tal hazaña, tal vez cuando la Tierra recupere población.

—Tienes razón Hue. Siempre la tienes.

Llevo escritas cincuenta y seis novelas ya. Al principio me costaba mucho concentrarme y escribir pero con ayuda de Cyra… Maldito anuncio. Con la práctica cada vez tardo menos en escribir. Lo curioso es que sé que no las lee nadie, en la tierra tienen cosas más importantes en las que pensar, pero no me importa.

Aún así escribo sin parar, porque me ayuda a desconectar y mientras estoy concentrado se me pasa más rápido el tiempo. Cuando me doy cuenta ya es la hora de comer.

Voy al comedor y escucho la radio. Hue dice que me viene bien escuchar hablar a otros humanos. No le presto ninguna atención.

La máquina dispensadora de comida escupe pasta nutritiva. Le he dibujado unos ojos y una boca al cajón superior de la máquina y he escrito su nombre.

—Ey Lilith, ¿Qué toca hoy para comer? A, sí, pasta nutritiva. Excelente. Oye Lilith, te veo estupenda hoy. ¿Puedo invitarte a una copa de vino? Tengo muchas ganas de una buena copa de vino, si tú me entiendes claro. Grrrr. —Y le tiro un beso.

Me siento a comer la pasta nutritiva y cuando llevo menos de la mitad salta la alarma con su desagradable sonido.

—Adán, hay una incidencia treinta y uno barra cuarenta y uno, en la sección cincuenta y nueve, bloque veintiséis, sector cincuenta y tres, piso cincuenta y ocho, cabina noventa y siete.

—Hue, prepara el transporte, rápido. —Monto en el vehículo de ocho ruedas que utilizo para desplazarme por el complejo. A pesar de lo rápido que va, tardo varios minutos en llegar y por el camino pito varias veces de aburrimiento. Pi, pi, pi. Se pilota solo y soy el único habitante de la base así que no necesito avisar a nadie.

La alerta en cuestión es que un bebé ha forzado las ligaduras y no está observando la pantalla educativa por lo que no se está formando. Sólo tengo que moverle un poco con ayuda de los siempre útiles guantes que aíslan la cabina del exterior y apretar un poco las sujeciones.

—Adán, lo has hecho muy bien, como siempre. Eres un empleado modélico. Puede que te vuelva a designar el empleado del mes.

—Hue, soy el único empleado, joder. Lo del empleado del mes no tiene ningún sentido. Te lo he dicho un millón de veces. Además, solo es un bebé, no puede resistirse. Esto podría hacerlo una robot y no pasaría nada.

—Adán, robot significa esclavo en Checo. Yo no soy un esclavo, soy una inteligencia artificial. Y te he dicho muchas veces que una máquina podría llegar a hacer daño al bebé al no disponer de sensibilidad motora, por lo que no puede gestionar con la misma precisión la fuerza con la que sujeta las cosas.

—Lo siento Hue, yo… —Estupendo, lo único que me separa de una máquina es que tengo tacto, pienso con tristeza.

—No pasa nada Adán.

Vuelvo al comedor y mi bol sigue esperándome pacientemente. Con la cuchara le dibujo unos ojos, una nariz y una boca.

—Ey, colega. Cuanto tiempo sin verte, ¿Cómo va eso? —Cuando me llevo la primera cucharada a la boca sabe mucho peor que antes. Ahora está frío. Puaj—. Estás pocho colega, voy a tener que calentarte un poco—. Lo caliento en el microondas y termino de comer.

Después de comer tengo mi hora de ejercicios. Tengo que mantenerme en forma para contrarrestar la gravedad reducida de la luna. Pero de la hora, Hue me permite bailar durante media hora. Dice que lo que bailo no es una muñeira pero que al menos hago mucho ejercicio. Maldito Hue y sus protocolos estéticos. ¿Qué sabrá él de muñeiras?

—Hue, ahora que he terminado la hora del gimnasio voy a tocar cuatro minutos treinta y tres segundos de John Cage. Hoy me voy a atrever a tocar el bombo, la gaita y la guitarra española. A la vez.

—Siempre interpretas la misma pieza, Adán, y siempre con la máxima eficacia. Podría decirse que eres el mayor artista de estas instalaciones.

—No te pases de listo Hue, Espera, ¿eso ha sido un chiste? no le veo la gracia. No me gustan tus chistes, Hue.

—A mí me ha parecido jocoso, Adán, pero te pido disculpas si te ha molestado.

Definitivamente llevo demasiado tiempo solo, aislado en la luna. Estoy empezando a pensar que Lilith, la máquina dispensadora de pasta nutritiva, está celosa por algo. Tendré que preguntarle a Hue qué opina. Y definitivamente necesito jugar a las cartas con alguien, lo necesito. Menos mal que cuento con el apoyo creativo de Cyra… maldito anuncio, no me lo saco de la cabeza.

Vuelvo a mirar la tierra desde la cúpula de observación y caigo de rodillas, despacio por la gravedad reducida, mientras siento unas lágrimas que caen por mis mejillas.






Bueno, este ha sido el relato. Los datos estadísticos que doy de Japón para el 2060 se supone que a día de hoy son correctos. Especulativos pero correctos así que en parte podría llegar a ser cierto, en Japón y China.

Por otro lado, he tenido una influencia muy grande de la serie "Final space" que está en Netflix y me gusta mucho. La IA HUE (Heuristic Unified Entity), en la serie está Beth, que es la nevera y más cosas, pero le he intentado dar un toque personal a ciertos aspectos. También tiene ciertos puntos que rozan con el humor absurdo como que se ponga a bailar muñeiras.


A ver, para los más atentos, ¿Alguien ha pillado la referencia de la alarma? ¿Y de la pieza musical que interpreta nuestro protagonista con tantos instrumentos a la vez?

Si alguien lo ha entendido que deje un comentario.

Espero que hayáis disfrutado del relato.

Una curiosidad, el relato está en presente y normalmente escribo en pasado así que para mí es algo que se me hace raro.

Espero que hayáis disfrutado del relato.

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