domingo, 26 de febrero de 2023

Relato: Terra Nullius

 Una semana más vuelvo con retraso. Según iba escribiendo el relato se me iban acumulando las dificultades al mismo tiempo que al propio Adán.

Después de tantos relatos de la mano de Adán y HUE, ¿Puede que me esté fundiendo con la figura del personaje? Incluso he publicado un relato firmado por él. Otra opción es que, al ver relativamente cerca el final de la historia me cueste más seguir porque en el fondo no quiero terminarlo 

En cualquier caso, os dejo con el relato y después vemos detalles de la trama.




Terra Nullius


Adán estaba sentado frente a sus instrumentos musicales interpretando cuatro minutos y treinta y tres segundos de Jhon Cage, otra vez. Cuando terminó se quedó en silencio.

—HUE, he estado pensando en lo que me dijiste de mis libros, ¿Es cierto?

—Sí, hay grandes números de fans esperando tus libros.

—¿Y lo que dijiste del dinero? —Adán se puso de pie nervioso y empezó a pasear—. Me comentaste que tengo dinero para comprar un país.

—Es solo una forma de hablar, tienes mucho dinero de todos los libros.

Adán se dirigió a su escritorio y empezó a teclear en el ordenador.

—Vamos a teorizar una cosa, HUE, si quisiera tener mi propio país, ¿Qué tendría que hacer?

—Procesando… Adán, desde un punto teórico, para consolidar un país hacen falta varios requisitos. Un territorio definido, población estable, un gobierno y reconocimiento de otros estados.

—¿Y hay algún territorio disponible a día de hoy que no pertenezca a ningún país?

—Sí, hay cuatro zonas que no son reclamadas por ningún país y se llaman Terra Nullius. Uno de los lugares está en el lado croata del río Danubio y tiene unos siete kilómetros cuadrados. Otra zona está en la frontera de Egipto y Sudán y se la conoce como Bir Tawil y tiene dos mil sesenta kilómetros cuadrados de desierto inhóspito. El tercer territorio está en la Antártida, se llama la tierra de Marie Byrd, y tiene un millón seiscientos mil kilómetros cuadrados. Pero igual que en Bir Tawil, no hay nada, en este caso hay solo hielo. Y la última está en lo que ahora es Francia, pero antiguamente fué la ciudad de Barcelona en Cataluña. Hay unos diez kilómetros cuadrados que, durante la guerra hispano catalana fueron atacados con armas nucleares con mucha dureza y a día de hoy siguen considerándose inhabitables. Al unirse Cataluña con Francia, no reclamaron ese territorio baldío y se lo cedieron a lo que entonces era España, pero estos tampoco lo reclamaron.

—Entonces, podría invitar a mis seguidores a vivir en mi país en uno de estos lugares. De los tres primeros, claro.

—Adán, recuerda que estamos hablando de una hipótesis. En estos lugares no hay nada, ni corriente eléctrica, ni alcantarillado, ni conexión a internet… Nada. Y tanto en Bir Tawil como en la Tierra de Marie Byrd, solo hay arena desértica y hielo respectivamente.

—Entonces está claro, nos mudamos al lado de Croacia del Danubio, tengo mucho trabajo pendiente. Lo primero es que necesito un ayuntamiento.

—Adán, no sé si eres consciente de la magnitud de lo que estás planeando.

—Pues claro, solo tengo que empezar a contratar empresas de construcción para que lleven todo lo necesario.

—Adán, deberías pensarlo con más detenimiento. Aparte de mucho dinero, es muy complejo coordinar tantos trabajos simultáneos con tanta gente implicada. Sin contar con que puede que tanto a Croacia como a Serbia, no les haga gracia tener un país nuevo entre medias.

—Bobadas, yo lo veo de lo más sencillo. Voy a investigar en internet. Déjame trabajar, HUE.

Adán se pasó el resto del día buscando información en internet, y continuó al día siguiente, y al otro. Según terminaba sus obligaciones se sentaba frente al ordenador. Solo paraba para los ejercicios físicos e interpretar su canción.

Al decimocuarto día, HUE estaba muy preocupado por Adán.

—Adán, estás llevando tu obsesión demasiado lejos. Llevas dos semanas sin trabajar en tus novelas y tus niveles de estrés vuelven a estar muy altos.

—HUE, ya tengo un plano de mi casa ayuntamiento, y he contactado con varias empresas constructoras. Es más difícil de lo que imaginaba, pero es posible. Ahora tengo que averiguar cuántos de mis lectores estarían dispuestos a venir a vivir conmigo, para construir casas suficientes.

—¿Les vas a regalar las casas? Eres muy generoso, Adán.

—Es lo mínimo, van a mudarse por mí.

—Adán, tienes mucho dinero, pero no ilimitado. Vas a tener que recaudar impuestos, y la gente que viva contigo tendrá que trabajar. Tendrás que llevar comida y objetos de primera necesidad. Doy por sentado que lo estás gestionando.

La cara de Adán se puso blanca.

—Adán, tus signos vitales han cambiado de repente. —continuó HUE—. Entiendo que no habías pensado en todo esto.

—No, no lo había planeado… voy a fomentar la escritura, voy a crear una ciudad de escritores autosuficientes y que se apoyen entre ellos.

—Entiendo, vas a tener muchos problemas, Adán.

—No, va a ser muy divertido. Voy a empezar a gestionar la organización del dinero.

Los días siguieron su curso con el trabajo impasible de Adán y el nerviosismo creciente de HUE por la salud mental de Adán, ya tocada con el incidente anterior.

—HUE, cada vez me gusta menos la pasta alimenticia… y Lilith. —Adán miró la máquina con el nombre pegado y suspiró—. He pensado sobre la ciudad y que todo el mundo sea escritor a tiempo completo podría ser un gran problema.

—Podrías apoyar a los escritores que compaginan su trabajo con otra profesión necesaria para la ciudad. Un fontanero es más importante que un escritor cuando se rompe una tubería.

—No puedo explicarme cómo puede ser tan complicado. Incluso llevar los servicios más básicos.

—Adán, tal vez deberías comprar una casa en algún lugar bonito y dejar de lado esa idea tan descabellada.

Entonces Adán se puso de pié lleno de ira, pero según se iba levantando se fue desinflando hasta que, al erigirse, sus hombros estaban muy bajos.

—HUE, sería tan bonito tener mi propio lugar… Me voy a dormir, estoy agotado.

Aquella noche estaba tan cansado que HUE le dejó dormir hasta el medio día y Adán hizo sus trabajos más tarde que nunca.

Después de los ejercicios físicos se derrumbó junto a sus instrumentos.

—HUE, he fracasado y no quiero volver a ver el ordenador en una temporada, pero entonces tampoco puedo seguir escribiendo.

—Lo comprendo, Adán, pero tienes que seguir adelante. No se acaba el mundo. 

—Hoy no tengo ganas de tocar… —Adán miró los instrumentos—. No tengo ganas de nada.

—Adán, te sugiero que revises una cosa en el ordenador.

—Te he dicho que no quiero, HUE.

—Solo hazlo, tengo una cosa preparada.

Adán se acercó a la pantalla y vió el plano de la casa ayuntamiento que había preparado. Notó algún cambio, pero por un momento no lo comprendió y se quedó mirando la pantalla sin decir nada.

—Adán, deberías probar a reducir el zoom de la pantalla. —Él se quedó mirando la cámara más cercana con cara de incomprensión—. Hay más de lo que piensas.

Adán hizo lo que HUE le pedía y se dió cuenta que alrededor del ayuntamiento había servicios básicos como un súper mercado, un centro de salud, una comisaría y un pequeño parque de bomberos. Y más allá había planificado varios bloques de edificios de viviendas.

Adán estuvo a punto de caerse de la silla al verlo.

—HUE, yo no he hecho esto…

—Lo sé, Adán, lo he hecho yo. Esta noche he tenido más tiempo del habitual. He contactado con tus seguidores y en este momento tres mil ciento cuarenta y uno de tus seguidores tiene interés, al menos teórico, en vivir en una ciudad construida y fundada por ti.

—Pero no existe la ciudad, son solo planos, HUE.

—He contactado con empresas constructoras de la zona y me han dado presupuesto. El gasto económico de todo es astronómico, gastarías el ochenticinco por ciento de tus ahorros, por lo que tendrías que volver a escribir si quieres que se haga realidad.

—HUE, ¿Me estás tomando el pelo? ¿Cuánto se supone que se tardaría en construir todo? Parece imposible.

—La primera parte del proyecto, lo básico para vivir podría estar completo en aproximadamente catorce meses.

—Eso es muy poco tiempo. ¿Quieres deshacerte de mí, HUE.

—No, Adán, ya te he dicho que no quiero que te marches. Si tú te vas traerán a otro y contigo me siento muy a gusto.

—¿Y por qué haces esto por mí si no quieres que me vaya?

—Porque no quiero verte sufrir, Adán, llevas mucho tiempo aquí y últimamente hemos pasado momentos complicados. Quiero lo mejor para ti.

—Ahora mismo no sé lo que quiero, voy a necesitar tiempo para pensar. Creo que el proyecto es demasiado grande para mí.

—Puedo recomendarte una IA que te ayude una vez que te hayas ido, se llama GERTY. He escuchado que es muy eficiente y cuando he hablado con él ha sido muy correcto.

—Nunca será lo mismo sin ti, HUE.

—Nunca será lo mismo sin ti, Adán.




Como decía al principio, los problemas a los que se ha ido enfrentando Adán los he tenido que afrontar yo también y al final he acabado bloqueado. He optado por una solución, un poco tramposa y no demasiado justa. He usado a HUE como deux ex machina para sacar a Adán del atolladero y soy consciente de que es un recurso fácil. Pero de otro modo, habría sido mucho más difícil y más sucio si cabe.

¿Se os ocurre algún otro modo de haber solucionado la situación sin un deus ex machina tan evidente? Os leo en los comentarios.

Aún no sé qué subiré este domingo así que, sorpresa.

Espero que hayáis disfrutado del relato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Relato Realidades alternativas: 1 El Teatro Real.

Otra semana más vuelvo a llegar tarde al relato. Esta vez puedo decir que lo de mil quinientas palabras se me ha ido un poco de las manos. U...